A los 11 años Hannah Simpson les dijo a sus papás que quería un caballo, pero la respuesta no fue la que la niña esperaba. Le dijeron que los caballos eran muy costosos y que no podían darse el lujo ni de comprarlo ni de mantenerlo, así que dieron la plática por terminada.
Sin embargo, para Hannah ese no fue un impedimento. La chica tenía un sueño de cabalgar e incluso de hacer acrobacias a caballo… pero la realidad era que no iba a tener un caballo, así que se preguntó: “Bueno, ¿qué es lo que sí tengo?”. Al vivir en Nueva Zelanda y tener una granja, la respuesta resonó fuerte y claro:
¡VACAS!
En particular una vaca, Leia, su fiel amiga. La historia fue que su hermano se burló de ella y le dijo que la montara, entonces era un ternero de 6 meses pero Hannah la montó y a Leia no le molestó, así que empezaron a practicar y la determinada chica se dio a la tarea de entrenar a su vaca para que hiciera todo lo que un caballo hace.
¡Este es el resultado 11 años después!
Hannah admite que ha intentado montar a otras vacas, pero no ha tenido mucho éxito.
Leia es especial
Supera los obstáculos como cualquier caballo lo haría
https://www.instagram.com/p/BPLvp94BBZ0/?taken-by=hanney_simpson
Ahora el lazo de Hannah y Leia es inquebrantable
Todo fue a base de mucho esfuerzo y perseverancia
https://www.instagram.com/p/BQUv4ZQBVbj/?taken-by=hanney_simpson
¿Y las acrobacias? ¡También las hace!
¿Quién dice que los sueños no se cumplen?
Así que, si tienes un sueño, esta es la moraleja: NO TE RINDAS. ¡Haz lo que puedas con lo que tengas!