La incondicional amistad que nos brindan los animales no hace más que recordarnos que para ellos la comida y el cobijo pasan a segundo término, pues lo que buscan es tener una vida sencilla acompañada de un cómplice que los cuide: un humano. No buscan lujos, comodidades ni una vida excéntrica, solo tener un amigo en el cual confiar y con quien compartir momentos únicos.
La entrañable relación de esta anciana y su gato hará brotar un par de lágrimas de tus ojos, y es que Misao y el pequeño Fukumaru pasaron juntos 13 maravillosos años en los que todo a su alrededor era naturaleza, amor y trabajo en equipo. ¿Cuántas amistades conoces con una conexión así de pura? El final de esta historia, contada por medio de un proyecto fotográfico realizado por su nieta, te dejará sorprendido y con el corazón un poco roto.
1. Se convirtieron en los mejores amigos
2. Trece conmemorables años de amistad y trabajo
3. El simpático gato la ayudaba en las labores del campo
4. Sin pedir absolutamente nada a cambio
5. Solo necesitaba mimos y un poco de comida
6. Se hacían compañía todo el día
7. Así no se sentían tan solos
8. Lo que ambos tenían era muy especial
9. Las locuras de Misao eran incomprensibles
10. Pero Fukumaru amaba verla sonreír
11. Disfrutaban su sencilla vida en el campo
12. Siempre había tiempo para jugar
13. Juntos hacían el mejor de los equipos
14. Todo comenzó una tarde lluviosa
15. Misao adoptó a un pequeño felino blanco
16. Sin imaginar que se convertiría en su mejor amigo
17. Siempre van a estar juntos
18. Aunque la luz de la vida de uno de ellos
19. Ha dejado de brillar
20. ¡Hasta siempre, Misao!
Seguramente su gato le ayudará algún día a cruzar el puente arcoíris y volverán a reunirse en la eternidad.