Rademenes fue diagnosticado con una inflamación crónica respiratoria a los dos meses de haber nacido. El pequeño fue abandonado en un refugio animal y sus veterinarios hicieron todo por salvarlo.
Lo sorprendente es que después de haber sobrevivido a una complicada cirugía, y tras haberse recuperado, Rademenes se quedó en el refugio y demostró un enorme agradecimiento de forma muy peculiar: se convirtió en el apoyo de muchos otros animalitos que se encuentran en convalecencia en el mismo refugio y se queda con ellos desde el momento en que pasan al área de recuperación hasta que ya pueden valerse por sí solo. Es por eso que lo han llamado “El gato enfermero”
Rademenes no distingue entre especies o razas, simplemente se entrega por completo hasta ver mejorías.
Las personas del refugio dicen que una de las razones por las que se queda con ellos es porque entiende el dolor y por lo que están pasando los otros animales en ese momento; tanto que incluso les limpia las heridas y les da masajes con sus patitas.