Estas son las primeras imágenes de animales posando con ropa al estilo muy humano que se presentaron en la historia de la fotografía.
Fue en 1900 cuando Harry Whittier Frees, por error comenzó con este apasionante estilo de imagen.
Él solía realizar el diseño del escenario en base a posiciones humanas en las que fácilmente se podrían adaptar los animales, los vestía con atuendo cosidos y diseñados especialmente por su madre y a partir de ahí, comenzó a realizar el tiro de imágenes hasta lograr la postal perfecta.
En este momento te habrás de preguntar, pero ¿cómo para qué?
Aunque al principio fue por un pequeño accidente en una fiesta infantil, cuando le cayó un gorrito de fiesta a un gato y el fotografió el momento justo, luego se convirtió en una pasión con la que siguió hasta el final de sus días en 1953.
Su técnica consistía más que nada en la paciencia y la amabilidad que tenía hacía los animales, pues mantenerlo tranquilos para que salieran al natural, debió ser algo sumamente difícil.
“Los conejos son más fáciles de fotografiar con traje, pero incapaces de transmitir representaciones humanas; el cerdo es el más difícil de tratar, pero eficaz de vez en cuando. Sin lugar a dudas el gato es el actor más versátil de los animales”.
Libros, calendarios y postales estaban repletos de fotografías de retrato animal creadas por este genio de la fotografía. Incluso llegó a publicar dos libros de cuentos infantiles de su completa autoria.
En 1970, dos libros escritos y publicados por Anne R. Bradford agrupan todo el trabajo de Harry que tanto le fascinaba en su infancia.
La señora Bradford descubrió la triste suerte de Harry Whittier Frees, al parecer murió por suicidio, en la pobreza y fue enterrado en una tumba anónima.