La fotógrafa Rachele Totaro inició un inusual proyecto: decidió retratar a un grupo de ratitas y ratones que acababan de ser liberados de un laboratorio donde los usaban para experimentos. Sus caritas de asombro y emoción no tienen precio y nos hacen darnos cuenta de una realidad: no solo los perritos tiernos y los divertidos gatos merecen nuestro amor.
Cada año miles de animales mueren en los laboratorios porque experimentan con ellos y los que sobreviven mejor son sacrificados porque los científicos eligen lo más sencillo para ellos en lugar de liberarlos.
Mira las fotografías y te darás cuenta de cuánto amor tienen por dar y cuánto amor necesitan, no importa qué animal sean, todos ellos merecen vivir.