Hemos leído mucho acerca de la importancia de dejar que los perros sean perros y no tratarlos como humanos e intentar llenar un vacío en nuestras vidas, volcando una excesiva atención sobre ellos. Eso está muy bien.
Sin embargo, darles un espacio digno para vivir no es tratarlos como seres humanos sino como SERES VIVOS, que sienten y merecen un trato digno. Eso lo sabe perfectamente la familia de Molly, quienes al saber que estaban esperando un bebé decidieron buscar un espacio especial para ella antes de que llegara la nena. ¡Y le hicieron una hermosa recámara bajo las escaleras!
Ella es Molly y está un poco consentida
Después de que sus “papás” humanos analizaron las opciones, encontraron un espacio debajo de las escaleras, pero no tenían idea cómo estaría o de si realmente estaba hueco o suficientemente grande para convertirlo en una pequeña habitación.
Tenían que hacer un hueco para averiguarlo
¡Así que lo hicieron!
¡El espacio resultó perfecto!
Inmediatamente Molly se adueñó del espacio, pero aún faltaba adaptarlo como una “recámara decente”.
Y así empezó el trabajo…
Pusieron papel tapiz para hacerlo más acogedor
Unos detallitos en las paredes y una deliciosa cama
Y claro… un sofá para que Molly pudiera relajarse
¡Hasta una minilámpara y un letrero!
Ella está encantada con el resultado
“Un perro consentido vive aquí”.