Megan Taylor, una chica ciega de 22 años, y su perro guía, Rowley, sufrieron discriminación cuando una mujer que iba en el mismo autobús que ellos les pidió que bajaran de la unidad.
“¿Por qué hay un perro en el autobús? ¡Bájalo!”
Megan le explicó a la mujer que Rowley era un perro guía, pero aquella le dijo que era una mentirosa…
“Los perros guía son labradores amarillos y tu perro es negro”
Tales palabras fueron dichas despectivamente por la mujer.
Megan no podía creer lo que estaba escuchando
Traté de explicarle que los perros guía y de asistencia pueden ser de cualquier color y no tienen que ser labradores, aunque ‘Rowley’ sí es de esa raza, pero ella me dijo que yo estaba equivocada. En ese momento me di cuenta de que no se podía hacer nada para educar a esa mujer y que no valía la pena seguir discutiendo; mejor opté por ignorarla mientras ella seguía hablando sin sentido.
Rowley es el mejor apoyo de Megan desde que la joven perdió la vista, a los 15 años, luego de sufrir un accidente que también le causó otros problemas de salud, como pérdida de audición, desmayos frecuentes, ataques de vértigo y alteración del equilibrio.
Tristemente, no es la primera vez que sufre discriminación
Una vez la escupieron en el transporte público. Pero sin importar lo grosera que llega a ser la gente, Rowley se mantiene a su lado, siéndole fiel y dándole fuerzas para seguir.