Si creías que los animales que son macho de un lado y hembra del otro sólo existen en las películas de ficción te equivocas, pues en esta ocasión te presentamos al Ginandromorfo, un animal que presenta una auténtica división sexual en toda su anatomía.
Este tipo de animal fue descubierto en una granja avícola escocesa y su caso ha sido estudiado por el Instituto Roslin de Edimburgo. A raíz de eso se dieron cuenta que en la naturaleza existen un sinfín de casos similares a este tipo. Entre las especies de animales ginandromorfos descubiertos están un pollo, una langosta y una mariposa.
Este descubrimiento comenzó cuando el pollo del doctor H. E. Schaef lucía en su lado derecho como un gallo joven con cresta roja y papada, mientras que por su lado izquierdo parecía una gallina con cuerpo más delgado y marcas más lisas. Además tenía un comportamiento confuso, ya que intentaba montar a otras gallinas y a su vez ponía huevos pequeños.
Cuando este pollo murió, Schaef comenzó a prepararlo para comérselo. Conforme le iba quitando las plumas se dio cuenta que el lado derecho era mucho más grande que el izquierdo, y al abrir el abdomen para sacar las mollejas encontró testículos y un ovario con un huevo parcialmente formado. Aquello parecía como si hubiera cortado y unido por la mitad los cuerpos de un gallo y una gallina
Aún así Schaef se lo comió, pero una vez que separó la carne de los huesos conservó el esqueleto que luego pasó a su amigo anatomista Madge Thurlow Macklin, encargado de escribir la historia en la revista de Zoología Experimental en 1923.
Casi un siglo después de que Schaef se comiera su pollo, encontraron muchas especies con características similares a las de un ginandromorfos.
M. Fisher presentó el 7 de mayo de 1752 en la Royal Society de Inglaterra una langosta con un aspecto único, con todas las partes de género duplicadas. Y a partir de entonces los científicos han incorporado cangrejos, gusanos de seda, mariposas, avispas y algunas especies de pájaros a la lista de animales que pueden convertirse en ginandromorfos bilaterales.
No se puede decir con exactitud qué tan comunes son, pero se calcula que 1 de cada 10 mil, y 1 de cada un millón de pájaros se desarrollan de esta manera. En el caso de los mamíferos se desconoce el equivalente.
En 2008 Robert Motz, un profesor de secundaria de Estados Unidos, encontró un cardenal norteño con la mitad de su pecho rojo como el de un macho, mientras que la otra mitad era gris como el de las hembras. Y tras observar al pájaro en 40 ocasiones distintas no logró verlo acompañado o incluso que intentara cantar.
En el caso de los ginandromorfos el aislamiento es común, ya que al parecer es posible que sus iguales huyan o simplemente los ataquen.
Por mucho tiempo se creyó que la razón de la existencia de este tipo de animales se debía a un accidente genético al ser concebidos. Pero hace algunos años Clinton recibió una llamada que lo hizo considerar nuevamente esta idea. En la llamada se enteró que uno de sus colegas había encontrado una granja de pollos donde había un ginandromorfo muy parecido al pájaro de Schaef.
“Me llamó y me preguntó si estaba interesado en tenerlo. Obviamente, dije que sí”.
En muy poco tiempo encontraron más ginandromorfos con las mismas características mixtas. Sin embargo, al examinarlos descubrieron que los genes de los pollos eran normales en todo el cuerpo y que se trataba de un pollo formado por dos mellizos unidos en el centro. El resultado fue sorprendente ya que con esto quedó demostrado que esa idea era falsa.
Debido a esa experiencia Clinton tuvo otra idea del por qué sucedía el ginandromorfismo. Se supone que cuando un huevo se forma, la célula debe descartar la mitad de los cromosomas en una bolsa de ADN llamada “cuerpo polar”. Pero en pocos casos el huevo mantiene el cuerpo polar, así como su propio núcleo.
Si ambos son fecundados y la célula se empieza a dividir, cada lado del cuerpo se desarrollará con su propio genoma y género. Este posible accidente puede ser un astuto truco evolutivo que salió mal.
Cuando uno de los huevos de la madre se queda con su cuerpo polar, por lo tanto tiene dos núcleos; y si la madre permite que todos sean fecundados, tendrá un embrión mitad hembra y mitad macho. Entonces la madre podría rechazar el sexo no requerido antes de poner el huevo, controlando el sexo de su cría.
Pero en el caso poco común de que el núcleo no querido no sea rechazado, el resultado será un ginandromorfo. Con estos resultados Clinton demuestra que el sexo se desarrolla de distinta manera entre los pájaros y los mamíferos.
Para los mamíferos, las hormonas del sexo que circulan por nuestra sangre son importantes para determinar el género. Esto podría explicar por qué no hay muchos casos de mamíferos ginandomórficos.
Sin embargo, el hecho de que ambos lados de un pájaro se puedan desarrollar de manera independiente, nos demuestra que son las propias células del pájaro las que controlan su identidad y crecimiento. Todavía no se sabe si esta historia aplica a cualquier criatura en este asunto del género.
Otra explicación posible explicación puede ser que por accidente los seres humanos hacen que estas criaturas sean más comunes.
En abril de 2015, Jahner, dedicado a estudiar las mariposas americanas Lycaeides, reportó una coincidencia peculiar, ya que nunca había visto un ginandromorfo antes del desastre nuclear del 2011 en Fukushimam, en Japón. Los siguientes 16 meses se encontró con seis casos similares.
Los investigadores se percataron de que la abundancia de mariposas ginandromórficas aumentó tras el desastre de Chernóbil, lo cuál quiere decir que las pequeñas dosis de radiación pueden aumentar las posibilidades de la formación de un ginandromorfo.