Los animales nos pueden enseñar que la felicidad se consigue con las cosas más simples en la vida. A veces esa felicidad es solo conseguir un lugarcito caliente dónde acurrucarse. Ya sea un lugar en la alfombra donde pegue el reflejo del sol, en la ventana o pegado al lado de una taza caliente. Estos animalitos que aman el calor, nos enseñan que a veces solo necesitamos relajarnos y aminorar el paso para disfrutar de las cosas simple de la vida.