Se supone que los amigos son la familia que uno escoge, así que no tenemos que fijarnos en las similitudes físicas sino en lo bien que podamos llevarnos con ellos. ¡Los animales lo saben muy bien! Por eso al momento de socializar no discriminan entre colores, formas, tamaños, texturas, edad, pelaje o especie.
¿No crees que deberíamos aprender de su ejemplo? Ellos han encontrado en animalitos distintos las características ideales de un amigo, así que sin importarles el qué dirán han formado las relaciones más sólidas e inusuales que jamás el reino salvaje haya visto. ¡Son totalmente encantadores!