A veces el destino te separa de aquello que amas, pero si es para ti de una u otra forma siempre regresa. Nicole Renae es hija única y para que no se sintiera sola su abuela le obsequió una hermosa cachorrita gris a la que decidió llamar Chloe.
Desde el primer día se volvieron inseparables y pasaban las tardes jugando. Se convirtieron en las mejores amigas del mundo y con el paso de los años el vínculo se volvió más fuerte.
Era la perrita más dulce
Pero la mala fortuna quiso que este par tuviera que separarse. Cuando Nicole cumplió 14 años, su padre consiguió un trabajo desde casa, el cual requería que su hogar se convirtiera en una oficina libre de distracciones auditivas.
Había llegado la hora de decir adiós, y la niña sufrió mucho con la despedida.
Fui informada de que no podríamos tener animales domésticos. No teníamos opción, yo era solo una niña, así que obviamente no tenía elección en el tema. Fue doloroso y no quería que mi perrita se fuera.
La dura despedida
Lamentablemente, Chloe tuvo que ser entregada a una sociedad humanitaria local que se comprometió a cuidarla.
Pensé que nunca más la volvería a ver o a escuchar hablar de ella. Mientras pasaban los años, seguía pensando en ella.
Tuvo un buen destino
Un par de semanas después, la tierna perrita fue adoptada por una pareja de ancianos y estuvo con ellos hasta que ambos murieron. Luego fue otra familia, pero no pudieron hacerse responsables de los gastos, así que regresó al asilo en espera de una nueva familia.
Necesitaba un perrito en su vida de nuevo
Mientras tanto, Nicole creció y se casó. Poco después se convirtió en madre, y sabiendo todo el amor que una mascota puede dar decidió brindarle esa oportunidad a su hija y buscó un perrito para llevarlo a casa.
Quiso la vida que en ese momento Nicole viera una publicación en Facebook sobre una perrita que buscaba un hogar.
Vi su foto y pensé: ‘esta perrita me parece familiar’.
Demasiadas coincidencias
Además, la perrita en adopción también se llamaba Chloe. Sin pensarlo, tomó la decisión de ir por ella y llevarla a casa. Para su sorpresa, la perrita la trató con demasiada familiaridad.
Corrió hacia mí y empezó a lamer mi rostro. A medida que pasaba el tiempo, sus características me recordaban a mi antigua mascota.
Nunca la pudo olvidar
Y es que la hermosa perrita había reconocido a su antigua dueña, por eso no podía dejar de abrazarla y besarla.
Yo estaba llorando, eso me recordaba mucho a mi Chloe. Nunca pensé volver a ver a mi perra, pero en mi corazón sabía que era ella. Aunque toda mi familia pensaba que estaba loca.
Juntas de nuevo
Para poder comprobarlo, la perrita tenía un microchip que le habían insertado cuando era cachorra y coincidía perfectamente. Ahora tenía la certeza de que se trata de su amiga de la infancia.
¡Era ella! Yo sentía como si me hubiera ganado la lotería. Era el mejor sentimiento. Había pensado que nunca más la volvería a ver.
Son muy felices
Ahora están juntas de nuevo. Chloe tiene 11 años de edad, pero todavía tiene mucha energía y vida por delante, justo como Nicole la recordaba.