Tal vez si el ser humano aprendiera algo del amor incondicional de los animales y su desinteresada forma de obsequiarlo, el mundo sería un lugar mucho mejor. Pero no todos saben agradecer el hermoso milagro de tener a su lado a un amigo fiel.
Bertram es un perrito pomeranio que fue abandonado en un asilo por unos criadores, quienes pensaron que era “demasiado grande” para poder venderlo, así que lo dejaron a su suerte. Pero el destino le tenía una linda sorpresa preparada, porque la artista neoyorkina Kathy Grayson tuvo la fortuna de ver una publicación en Facebook y se enamoró tanto de él que voló hasta Tulsa para recogerlo.